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Este jueves en Qué bonito amor
Ana avisa a todos los demás mariachis lo que sucedió con Isabel; todos se preocupan al saber que la llevaron a un hospital muy caro; el Coloso dice a todos que tendrán que hacer una cooperación para ayudar a María. Cada uno de los mariachis va a su casa por el dinero.
Santos llega al hospital y María, al verlo, se arroja a sus brazos llorando; Rubén se pone furioso, pero no dice nada.
Don Concho se preocupa por la posibilidad de que Santos se vaya, pero Mirna le dice que no es la primera vez que lo dice y tal vez no lo haga; le exige que la lleve a cenar y le advierte que su relación se terminará cuando ella quiera.
El médico dice a María que tiene que operar a Isabel y necesita una transfusión de sangre; María se preocupa porque ellas no tienen ese tipo de sangre y confiesa que Isabel no es su hermana, sino una niña que dejaron abandonada afuera de la vecindad.
Paloma escucha que Isabel no es su hermana y le reprocha a María que no se lo hayan dicho.
Susanito llega desconsolado a su casa y sin decir nombre, dice a Mancia que Irazema no lo quiere y él sin ella se muere.
Santos escucha que le dicen a Amalia que tendrá que pagar alrededor de ciento veinte mil pesos en el hospital. Amalia, muy agobiada, se lo cuenta a María, pero ella le pide que no se preocupe.
Rubén va a la caja a pagar la cuenta de Isabel, pero Santos le arrebata la cuenta y dice que él pagará; Rubén se burla de que Santos lleve tanto dinero en efectivo y trata de humillarlo. La cajera acepta recibir efectivo y en ese momento llega el Coloso con los demás mariachis con más dinero para completar.
El Coloso y Fernando corren a Rubén del hospital.
Santos recoge un papel que tira Rubén y se da cuenta que dice: Jorge Alfredo Vargas. Agencia Federal de Investigación y se preocupa.
Isa entra en choque y el médico dice que tendrán que operarla de inmediato, además que urge encontrar un donador; Santos dice que él tiene ese tipo de sangre.
Altagracia le recuerda a Bruno que ella fue la mejor amiga de su mamá, que ella fue quien le cerró los ojos cuando murió y lo ha visto como un hijo desde entonces, por lo que le pide que le jure por la memoria de su madre que Santos cometió el delito por el que se le acusa.
Santos entra al quirófano con Isabel para la transfusión, de pronto, Isabel comienza a perder sus signos vitales y todo el personal médico y Santos se preocupan.
El doctor Merino tiene que operar inmediatamente a Isabel, mientras Santos no le suelta la mano, ni deja de decirle palabras dulces y de aliento durante toda la operación; al finalizar, el doctor Merino dice a Santos que Isa salió muy bien.
Bruno le confiesa a Altagracia que Santos y Michael son inocentes y que todos se aprovecharon de ellos; Altagracia le da una fuerte bofetada y le exige que le diga la verdad a Wendy; Bruno, de rodillas, le ruega a Altagracia que le dé tiempo para limpiar el nombre de Santos, ya que ama a Wendy y no quiere perderla.
La Teniente Curtis le hace creer al Comandante Derecho que en la jefatura todos dicen que le tiene miedo a Santos Martínez de la Garza; él decide reincorporarse al caso; Curtis se pone feliz.
El doctor Merino avisa a Amalia, María y amigos que Isabel salió bien de la operación y mucho gracias a Santos, por donar su sangre y porque durante toda la operación no dejó de darle palabras de aliento a Isabel; Amalia queda muy agradecida con Santos.
Amalia confiesa a Fernando que a pesar de todo lo que Santos ha hecho por su familia, no le tiene confianza porque siente que algo oculta y lo único que la mantiene tranquila es saber que él es su amigo, y si hubiera algo extraño, ya se lo hubiera dicho.