MARTES 8 DE ENERO ADELANTO "QUE BONITO AMOR"

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Lorena encuentra a María, junto con sus amigas, afuera de la vecindad y la insulta por ser una roba maridos, pero las amigas de María la llevan a jalones a su auto para que se vaya.

Coloso y los mariachis siguen a Santos y Fernando hasta el hotel Ópera para ver qué van a hacer.

Rigo y Fernando, vestidos como meseros, tocan en el cuarto de Bruno y cuando éste sale, lo golpean para que se desmaye y caiga dentro de un bote de basura grande; un agente encubierto ve todo y llama por radio para que envíen ayuda. Santos, quien está disfrazado de afanador, le mete el pie al agente para que no pueda ir detrás de sus amigos.

Desde afuera del hotel, El Coloso y mariachis ven pasar a Fernando corriendo, seguido por unos policías; el Coloso decide ir a ayudar a su amigo y entran tocando a la recepción del hotel. Santos llega a verse con Bruno, a quien le exige que le diga la verdad; Bruno le cuenta que Giuliano, Arnold y él llevan años utilizando su empresa para lavar dólares; Santos, furioso, lo agarra a golpes hasta que se cansa y le dice que si no fuera porque su hermana está esperando un hijo suyo, lo mataría; Bruno se sorprende con esa noticia y dice que no lo sabía. Santos le exige a Bruno que le cuente toda la verdad a su papá para que él lo aconseje qué hacer.

En cuanto puede, Fernando se quita el uniforme de mesero y se integra cantando con el grupo de mariachis; dice al Coloso que todo lo que vio fue porque es el Mil Amores.

Ariel, un muchacho que está en el lobby del hotel, contrata a los mariachis; convence al Coloso de que sólo le cobre la mitad porque es lo único que tiene y le cuenta que quiere pedirle perdón a la persona que más ama en el mundo porque la negó en público. Todos, incluyendo a Santos, van a dar la serenata.

Cuando todos los clientes del bar se han ido, Elvira y Lourdes deciden irse también, pero don Concho se los prohíbe, hasta que dejen limpio el lugar.

Mancia hace un ritual mencionando el nombre de Susano.

Los mariachis cantan la primera canción y nadie sale de la casa, pero el Coloso alcanza a ver que alguien se asoma detrás de una cortina; al terminar la segunda canción, un muchacho sale de la casa y corre a abrazar a Ariel, dejando sorprendidos a todos; el Coloso se pone furioso con lo que ve y le reclama a Ariel que no le haya dicho que la serenata era para un hombre, se siente muy ofendido por haber cantado para un gay.

Santos le dice a Ariel que los gays hacen que el Coloso dude de sí mismo, ya que viéndolos, no sabe si odiarlos, o si le gustan más de lo que piensa; el Coloso le da un puñetazo a Santos por lo que acaba de decir y se agarran a golpes, los demás mariachis intentan defender a sus amigos y también entre ellos comienzan una pelea, hasta que se convierte en una batalla campal; unas patrullas llegan en ese momento y les dicen que quedan detenidos por hacer desorden en la vía pública; Santos es aprehendido por un policía.

Los mariachis intentan convencer a la policía de que no se los lleve, pero no lo logran y son llevados a los separos de la delegación, en espera de que llegue el M.P. para que los consigne; Santos se encuentra muy preocupado porque cree que ahora sí ya no se salvará de que lo descubran.

Rodrigo sufre al contemplar a su mamá dormida, pero muy demacrada por lo mal que se siente.

En los separos, los mariachis se culpan unos a otros por estar en ese lugar.

Reyna, una oficial de la delegación, cumple años y el Comandante Malo le organiza un convivio allí mismo. En una de las paredes de la delegación, se encuentra una foto de Santos.

Amalia está muy preocupada por el dinero que deben; María trata de tranquilizarla diciéndole que va a hablar con don Rubén para llegar a un acuerdo sobre la manera en que le van a pagar. Fabián le reprocha a Rubén que si comete un error con María, puede costarles la vida y ellos no pueden arriesgarse así.

Fernando le reprocha a Santos que haya provocado al Coloso y ahora esté corriendo tanto riesgo.

Los policías sacan a los mariachis de los separos para llevarlos ante el M.P., pero cuando el Comandante Malo los ve, cree que los policías los contrataron para el festejo de la oficial Reyna, y antes de que los policías puedan decir algo, el Coloso lo da por hecho y se presentan como los mariachis de bar Ay Jalisco, no te rajes y le cantan las mañanitas a la festejada.